SEGUNDA PARTE
SHAOLIN Y BODHIDARMA: REALIDAD O MITO
Todos los escritos que hacen
alusión a la actividad marcial en los monasterios parten del momento histórico
en el que se relaciona la actividad monástica del monasterio del norte con la
llegada al mismo de un monje hindú: Ta Mo.
Pero, antes de entrar en este
aspecto de suma importancia para nuestro interés, conozcamos un poco algunos
detalles de estos monasterios.
La historia de Shaolín comienza
con la construcción del templo del norte en el condado de Dengfeng, en la
provincia de Henan, durante la dinastía Wei del norte. Esta dinastía se
encuentra en el periodo denominado "Periodo de los tres reinos" que
duró desde el año 220 al 266 de nuestra era. Éste es un periodo clasificado por
los historiadores chinos como la etapa que divide en dos el separatismo
propiciado por el sistema feudal hasta la reunificación del país. Una época
convulsa de la que se guardan pocos escritos relativos a los detalles de la creación
del monasterio.
El templo se erigió en los bosques
de la montaña Shao Shi en la cordillera montañosa de Song Yue Shi, de cuyo
título gana su nombre que significa "pequeño bosque". Este lugar se
encuentra a unos 13 kilómetros al norte de la ciudad de Deng Feng. Se edificó
en el año 19 del reinado del emperador Xiao Wen. Su promotor fue un monje hindú
llamado Ba Tuo y su construcción se prolongó durante diferentes periodos
históricos.
La simple lectura de este último
relato nos lleva lejos de la realidad por muchas razones de bastante peso. En
primer lugar, los ejercicios meditativos que realiza esta escuela suelen ser
sentados y se caracterizan por la práctica ausencia de movimiento exterior. No
se descarta que Ta Mo conociera el arte psicofísico del Yoga e introdujera
algunos ejercicios para mejorar la elasticidad y contrarrestar el deterioro
físico que acarrea una práctica estática durante prolongados periodos de
tiempo. Imaginar que en estos ejercicios se encuentra el origen de las artes
marciales chinas es ir más allá de la fantasía y su correspondencia con el tema
que nos interesa está lejos de poder establecerse. Quizá existan elementos
dispersos que puedan confirmarnos la existencia de este personaje, pero creemos
imprescindible desvincularlo de las artes marciales, en virtud del rigor
histórico que debemos exigir a cualquier línea de investigación para esclarecer
en lo posible los orígenes del arte.
Tan sólo hemos encontrado algunos
textos que nos hablan de este hombre. Uno de ellos es Biografías posteriores de
monjes eminentes de Tao-Hsüan, compuesto de 30 volúmenes de biografías desde el
siglo VI al 645. En su volumen nº 16 aparece la primera biografía de
Bodhidharma o Ta Mo. En esta biografía se cita que Ta Mo llegó en un principio
a Nan-yüeh durante la dinastía Sung (420-479) y desde allí se fue hacia el
norte y llegó al reino de Wei.
Este dato no concuerda mucho con
la fecha comúnmente aceptada para su llegada a China, que lo situaría en fechas
anteriores a la propia creación del monasterio de Shaolín. ¿Cómo imaginar que
pudo ver el mal estado de salud de un grupo de monjes si no existía el templo
en aquel momento? Una vez más, realidad y ficción aparecen de la mano para
descartar la veracidad de las afirmaciones realizadas en este sentido.
Bodhidharma o Ta Mo quizá existió, pero su influencia en el aspecto marcial de
este templo debe ponerse en duda y los métodos que pudiera transmitir para el
desarrollo interior energético a los bonzos también deben ser cuestionados para
dejar abierta la puerta a otras posibilidades que puedan ser más fieles a la
posible realidad que allí aconteció.
Como citamos anteriormente, el
monasterio fue en algunos casos un foco de rebeldía contra el poder político
gobernante y en otros, ayudó al gobierno en determinadas luchas que, más que
agradecimiento, generaron miedo por la demostración de poder marcial que
exhibieron. Esto provocó el primer incendio y la destrucción del templo del
norte en el año 1570. Y lo que puede parecer una desgracia, no deja de ser una
eventualidad que provoca la migración de los maestros de este templo a la
provincia de Fukien, al monasterio de Shaolín del sur. El templo del norte fue
reconstruido pero nunca más recuperó su esplendor anterior al incendio.
Tenemos que viajar un periodo de
tiempo mayor para llegar a la época que más nos interesa para comprender los
orígenes del Hung Gar. Centremos nuestra mirada en la última dinastía antes de
la revolución que traería la caída definitiva del imperio y convertiría a China
en el país que conocemos en la actualidad. Los gobernantes durante la dinastía
Ching (1644-1911) demostraron siempre un interés especial por las actividades
desarrolladas en el monasterio de Fukien. Existe constancia de que muchos oficiales
pertenecientes al gobierno de la dinastía Ming (136-1644) buscaron refugio en
el monasterio para escapar de la persecución implacable a la que les sometían
los manchúes que componían la dinastía gobernante.
Esto provocó que, por una parte,
el monasterio acogiera en su seno a laicos y les permitiera el aprendizaje de
sus sistemas de lucha. Este momento histórico posibilitó la salida del
monasterio de las bases del estilo que pretendemos reflejar en estas páginas,
de la mano de otro gran hombre del mundo marcial: Hung Hei Kwun.
HUN HEI KWUN. EL PADRE DE UN ESTILO
Antes de
continuar con el análisis de la línea genealógica de este estilo centenario,
vamos a profundizar un poco en el trabajo que realizó este hombre, en qué
consistió su transmisión y de qué forma desarrolló el material que heredó de
las raíces del templo de Shaolín.
HUN HEI KWUN. EL PADRE DE UN ESTILO
Hung Hei era un comerciante de té
que entrenaba en el monasterio de Shaolín de Fukien como practicante laico.
Existían diferentes categorías de practicantes en el templo y a los que no eran
monjes no se les consideraba de la misma manera a la hora de enseñarles las
bases y el sistema de combate que, ya a estas alturas de la historia, era
propio y exclusivo del monasterio. El abad del templo por aquel entonces era
Chi Zin, a quien se le atribuye la tutela personal en la enseñanza de Hung Hei
Kwun por el talento que éste demostraba durante los entrenamientos. Esto le
valió la consideración de ser el mejor de los laicos que asistían a las clases
de artes marciales en Shaolín.
Precisamente fue un incidente con
uno de estos practicantes laicos lo que provocó que este monasterio acabara
destruido por los manchúes. Wu Wai Kin decidió luchar contra los nobles
manchúes en venganza por la muerte de su padre. Éste fue el detonante para que
esta dinastía volviese los ojos hacia el monasterio, al tiempo que sus
ejércitos, y terminaran por destruir el templo.
Algunos autores citan que tan sólo
trece personas lograron escapar de la masacre, algo que nunca sabremos con
seguridad. Lo cierto es que sí se ha podido contrastar que tanto Hung Hei como
el abad del templo pudieron escapar con vida de lo ocurrido. No tuvo tanta
suerte a posteriori el abad del templo y falleció en un supuesto combate con un
luchador de Pak Mei, dato que no hemos podido contrastar históricamente y de
cuya autenticidad nos vemos en la obligación de dudar. Del mismo modo se
menciona en la historia del estilo que Hung Hei Kwun comenzó sus enseñanzas
para la transmisión del estilo de lucha que había aprendido en el monasterio de
Shaolín. Abrió una escuela secreta en Kwantung. Diez años después, abrió
oficialmente una escuela en la ciudad de Fa a la que llamó "Boxeo Hung
Gar" para desviar la atención de los manchúes que seguían persiguiendo
todo lo relativo al monasterio de Shaolín.
El nombre de la escuela, según
varios autores, obedece al interés del creador de conmemorar al primer
emperador de la dinastía Ming, Hung Mo Chu, ideología sobre la que operaban
muchas de las sociedades secretas que querían derrocar a la dinastía gobernante
y que operaban en la clandestinidad. En poco tiempo, la calidad de este sistema
de lucha fue reconocida en toda la región como la mejor de las cinco grandes
escuelas de la provincia de Kwan tung.
Además de instruir a su propio
hijo, también tomó como alumnos a Luo Xiajouan, Zhou Renjie y Hu Zhibiao. Quizá
el alumno que más nos interesa y que tendremos que analizar con más detalle es
Luk-Ah-Choy, al cual tenemos que atribuirle la continuidad de la línea
genealógica del estilo.
La composición de su estilo de
lucha derivaba del sistema practicado por su maestro en el monasterio de
Fukien, el Fu-Hok Pai (estilo del tigre y la grulla), parte de los cinco
animales que también aprendió en el templo.
FIN DEL 2º CAPÍTULO
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