martes, 22 de octubre de 2013

EL HUNG GAR: UN ESTILO DE KUNG FU MÁS ALLÁ DE LA LEYENDA.


SEGUNDA PARTE


SHAOLIN Y BODHIDARMA: REALIDAD O MITO

Todos los escritos que hacen alusión a la actividad marcial en los monasterios parten del momento histórico en el que se relaciona la actividad monástica del monasterio del norte con la llegada al mismo de un monje hindú: Ta Mo.

Pero, antes de entrar en este aspecto de suma importancia para nuestro interés, conozcamos un poco algunos detalles de estos monasterios.

La historia de Shaolín comienza con la construcción del templo del norte en el condado de Dengfeng, en la provincia de Henan, durante la dinastía Wei del norte. Esta dinastía se encuentra en el periodo denominado "Periodo de los tres reinos" que duró desde el año 220 al 266 de nuestra era. Éste es un periodo clasificado por los historiadores chinos como la etapa que divide en dos el separatismo propiciado por el sistema feudal hasta la reunificación del país. Una época convulsa de la que se guardan pocos escritos relativos a los detalles de la creación del monasterio.

El templo se erigió en los bosques de la montaña Shao Shi en la cordillera montañosa de Song Yue Shi, de cuyo título gana su nombre que significa "pequeño bosque". Este lugar se encuentra a unos 13 kilómetros al norte de la ciudad de Deng Feng. Se edificó en el año 19 del reinado del emperador Xiao Wen. Su promotor fue un monje hindú llamado Ba Tuo y su construcción se prolongó durante diferentes periodos históricos.

A un lado de la montaña de Song Shang se encuentra la cueva de Ta Mo (Bodhidharma), nombre chino de este asceta hindú al que se le atribuye la introducción del Budismo Zen (ChZan en chino o Dhyana en sánscrito) en China. Es quizá en esta cueva donde comienzan nuestras dudas más importantes sobre las teorías aceptadas comúnmente. La leyenda (nos referiremos a partir de ahora así cuando hablamos de Bodhidharma ya que no existe ni un solo documento oficial que certifique su existencia) cuenta que Ta Mo se mantuvo en esta cueva meditando frente a la pared durante nueve años. Esta misma leyenda cuenta que sometió a un entrenamiento meditativo tan duro a los monjes del monasterio que, debido a la precaria salud de los mismos, tuvo que desarrollar unos ejercicios para recuperar su salud y mejorar su naturaleza.

La simple lectura de este último relato nos lleva lejos de la realidad por muchas razones de bastante peso. En primer lugar, los ejercicios meditativos que realiza esta escuela suelen ser sentados y se caracterizan por la práctica ausencia de movimiento exterior. No se descarta que Ta Mo conociera el arte psicofísico del Yoga e introdujera algunos ejercicios para mejorar la elasticidad y contrarrestar el deterioro físico que acarrea una práctica estática durante prolongados periodos de tiempo. Imaginar que en estos ejercicios se encuentra el origen de las artes marciales chinas es ir más allá de la fantasía y su correspondencia con el tema que nos interesa está lejos de poder establecerse. Quizá existan elementos dispersos que puedan confirmarnos la existencia de este personaje, pero creemos imprescindible desvincularlo de las artes marciales, en virtud del rigor histórico que debemos exigir a cualquier línea de investigación para esclarecer en lo posible los orígenes del arte.

Tan sólo hemos encontrado algunos textos que nos hablan de este hombre. Uno de ellos es Biografías posteriores de monjes eminentes de Tao-Hsüan, compuesto de 30 volúmenes de biografías desde el siglo VI al 645. En su volumen nº 16 aparece la primera biografía de Bodhidharma o Ta Mo. En esta biografía se cita que Ta Mo llegó en un principio a Nan-yüeh durante la dinastía Sung (420-479) y desde allí se fue hacia el norte y llegó al reino de Wei.

Este dato no concuerda mucho con la fecha comúnmente aceptada para su llegada a China, que lo situaría en fechas anteriores a la propia creación del monasterio de Shaolín. ¿Cómo imaginar que pudo ver el mal estado de salud de un grupo de monjes si no existía el templo en aquel momento? Una vez más, realidad y ficción aparecen de la mano para descartar la veracidad de las afirmaciones realizadas en este sentido. Bodhidharma o Ta Mo quizá existió, pero su influencia en el aspecto marcial de este templo debe ponerse en duda y los métodos que pudiera transmitir para el desarrollo interior energético a los bonzos también deben ser cuestionados para dejar abierta la puerta a otras posibilidades que puedan ser más fieles a la posible realidad que allí aconteció.

Como citamos anteriormente, el monasterio fue en algunos casos un foco de rebeldía contra el poder político gobernante y en otros, ayudó al gobierno en determinadas luchas que, más que agradecimiento, generaron miedo por la demostración de poder marcial que exhibieron. Esto provocó el primer incendio y la destrucción del templo del norte en el año 1570. Y lo que puede parecer una desgracia, no deja de ser una eventualidad que provoca la migración de los maestros de este templo a la provincia de Fukien, al monasterio de Shaolín del sur. El templo del norte fue reconstruido pero nunca más recuperó su esplendor anterior al incendio.

Tenemos que viajar un periodo de tiempo mayor para llegar a la época que más nos interesa para comprender los orígenes del Hung Gar. Centremos nuestra mirada en la última dinastía antes de la revolución que traería la caída definitiva del imperio y convertiría a China en el país que conocemos en la actualidad. Los gobernantes durante la dinastía Ching (1644-1911) demostraron siempre un interés especial por las actividades desarrolladas en el monasterio de Fukien. Existe constancia de que muchos oficiales pertenecientes al gobierno de la dinastía Ming (136-1644) buscaron refugio en el monasterio para escapar de la persecución implacable a la que les sometían los manchúes que componían la dinastía gobernante.

Esto provocó que, por una parte, el monasterio acogiera en su seno a laicos y les permitiera el aprendizaje de sus sistemas de lucha. Este momento histórico posibilitó la salida del monasterio de las bases del estilo que pretendemos reflejar en estas páginas, de la mano de otro gran hombre del mundo marcial: Hung Hei Kwun.

HUN HEI KWUN. EL PADRE DE UN ESTILO

Hung Hei era un comerciante de té que entrenaba en el monasterio de Shaolín de Fukien como practicante laico. Existían diferentes categorías de practicantes en el templo y a los que no eran monjes no se les consideraba de la misma manera a la hora de enseñarles las bases y el sistema de combate que, ya a estas alturas de la historia, era propio y exclusivo del monasterio. El abad del templo por aquel entonces era Chi Zin, a quien se le atribuye la tutela personal en la enseñanza de Hung Hei Kwun por el talento que éste demostraba durante los entrenamientos. Esto le valió la consideración de ser el mejor de los laicos que asistían a las clases de artes marciales en Shaolín.

Precisamente fue un incidente con uno de estos practicantes laicos lo que provocó que este monasterio acabara destruido por los manchúes. Wu Wai Kin decidió luchar contra los nobles manchúes en venganza por la muerte de su padre. Éste fue el detonante para que esta dinastía volviese los ojos hacia el monasterio, al tiempo que sus ejércitos, y terminaran por destruir el templo.

Algunos autores citan que tan sólo trece personas lograron escapar de la masacre, algo que nunca sabremos con seguridad. Lo cierto es que sí se ha podido contrastar que tanto Hung Hei como el abad del templo pudieron escapar con vida de lo ocurrido. No tuvo tanta suerte a posteriori el abad del templo y falleció en un supuesto combate con un luchador de Pak Mei, dato que no hemos podido contrastar históricamente y de cuya autenticidad nos vemos en la obligación de dudar. Del mismo modo se menciona en la historia del estilo que Hung Hei Kwun comenzó sus enseñanzas para la transmisión del estilo de lucha que había aprendido en el monasterio de Shaolín. Abrió una escuela secreta en Kwantung. Diez años después, abrió oficialmente una escuela en la ciudad de Fa a la que llamó "Boxeo Hung Gar" para desviar la atención de los manchúes que seguían persiguiendo todo lo relativo al monasterio de Shaolín.

El nombre de la escuela, según varios autores, obedece al interés del creador de conmemorar al primer emperador de la dinastía Ming, Hung Mo Chu, ideología sobre la que operaban muchas de las sociedades secretas que querían derrocar a la dinastía gobernante y que operaban en la clandestinidad. En poco tiempo, la calidad de este sistema de lucha fue reconocida en toda la región como la mejor de las cinco grandes escuelas de la provincia de Kwan tung.

Además de instruir a su propio hijo, también tomó como alumnos a Luo Xiajouan, Zhou Renjie y Hu Zhibiao. Quizá el alumno que más nos interesa y que tendremos que analizar con más detalle es Luk-Ah-Choy, al cual tenemos que atribuirle la continuidad de la línea genealógica del estilo.

La composición de su estilo de lucha derivaba del sistema practicado por su maestro en el monasterio de Fukien, el Fu-Hok Pai (estilo del tigre y la grulla), parte de los cinco animales que también aprendió en el templo.

    Antes de continuar con el análisis de la línea genealógica de este estilo centenario, vamos a profundizar un poco en el trabajo que realizó este hombre, en qué consistió su transmisión y de qué forma desarrolló el material que heredó de las raíces del templo de Shaolín.






FIN DEL 2º CAPÍTULO

No hay comentarios:

Publicar un comentario